En las últimas horas, las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida y dolor por la muerte del joven rugbier en un accidente de tránsito en Zonda.
Abel Heredia era jugador del Jockey Club y la propia institución, como también otras, expresaron mensajes en sus cuentas.
El caso
La desgracia ocurrió alrededor de las 21.15 del último domingo, sobre la calle Las Moras, unos 100 metros al Sur de Sancassani, cerca del ingreso a Villa Tacú.
A esa hora Abel Heredia (19) guiaba su Honda Titán 150 cc por calle Las Moras hacia el Sur. Mientras que por la misma calle pero en sentido contrario circulaba César Olmos (40) en un Volkswagen Gol.
El impacto fue muy violento, al punto que el motociclista sufrió la amputación de su brazo izquierdo en el lugar. La extremidad fue hallada luego en el interior del auto, colocada en un recipiente con hielo y entregada a un enfermero. Pero esta precaución de poco sirvió porque horas después, a eso de las 2.30 de ayer, Heredia falleció en el Hospital Rawson.
Según testigos, había subido inconsciente a la ambulancia y se lo notaba muy malherido, pero con signos vitales. Los investigadores dijeron que a causa de esa terrible lesión en el brazo la víctima perdió mucha sangre y eso fue trascendental para el fatal desenlace.
Heredia jugaba al rugby y era integrante de un grupo religioso seguidor de Don Bosco, el Batallón 25 «Pro-Patria» San Juan. Vivía con sus padres, su abuela y sus hermanos en Capital, en Concepción, y se dedicaba principalmente a ayudar a su padre en su taller mecánico. «Era un pibe muy alegre y loco. Lo hacía muy feliz andar en moto al lado de sus amigos, hermanos y primos», contó Franco, familiar del fallecido. Otro conocido dijo que la última vez que lo vio fue el pasado viernes, cuando Heredia lo fue a visitar porque él había tenido un accidente en moto: «Lo último que me dijo fue: «Hermano, sé consciente, andá despacio en la moto». No lo puedo creer». Esa persona además admitió que solían conducir a elevada velocidad.
Olmos, conductor del Gol, estaba internado y al recibir el alta iba a quedar preventivamente detenido. El hombre, oriundo de Ullum, tras el impacto aducía dolor en el pecho y la boca.
El caso está siendo investigado por la UFI Delitos Especiales, a cargo del fiscal Adrián Riveros. Lo que los pesquisas buscan determinar es cuál de los conductores invadió el otro carril. Según los pesquisas, el automovilista informalmente expresó que iba bien, que otro auto lo pasó y que de golpe se encontró con el motociclista, sin poder hacer nada para evitar el impacto. Por otro lado, algunos testigos declararon que la víctima y los otros motociclistas (hermanos, primos y amigos que regresaban con él) venían pasando a elevada velocidad la cola de autos que se había formado en el regreso de la zona de los diques. Es más, desde Fiscalía afirmaron que analizaban la hipótesis de una supuesta picada.
«Siempre fue una persona muy respetuosa, muy amable. Ayudaba a personas de bajos recursos con el grupo de moteros. Ahora siempre que salgamos a la ruta va a faltar ese loco de remate que nos acompañó siempre, pero siempre será llevado en nuestros corazones», concluyó el primo.